En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: "Yo les aseguro que no ha
surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista.
Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande
que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos
exige esfuerzo, y los esforzados lo conquistarán. Porque todos los profetas y
la ley profetizaron, hasta Juan; y si quieren creerlo, él es Elías, el que
habría de venir. El que tenga oídos que oiga".
Reflexión
La grandeza de Juan radica en que anunció la venida del Reino. Él
estaba justo en la puerta, pero no formó parte de la plena inauguración de la
nueva alianza que trae la gracia de Dios.
Con las palabras "El que tenga oídos, que oiga" Jesús hace
una llamado a la atención profunda y a la comprensión espiritual. El mensaje de
la transición de la antigua profecía (Juan) a la nueva realidad (Jesús y el
Reino) no es para todos; es para aquellos que están dispuestos a escuchar y
cambiar su corazón.
Si bien la preparación y la Ley son vitales (Juan), la Gracia y el
Reino son incomparablemente superiores. Jesús nos invita a no quedarnos solo en
el anuncio, sino a entrar con decisión y fe en la nueva realidad que Jesús nos
ofrece.

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