En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús
fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que
Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer.
Pero el Señor le dijo: "Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del
vaso y del plato; en cambio el interior de ustedes está lleno de robos y
maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo
interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará
limpio".
Reflexión
El pasaje de Lucas 11, 37-41 es una poderosa crítica de Jesús a la
hipocresía y al énfasis excesivo en las apariencias externas dentro de la
práctica religiosa.
1. El Conflicto de las Apariencias (v. 37-38)
La escena comienza con Jesús invitado a comer en casa de un fariseo. El
fariseo se extraña de que Jesús no se haya sometido al ritual de lavarse las
manos (abluciones) antes de la comida. Este no era un precepto de la Ley de
Moisés, sino una tradición religiosa estricta de los fariseos para alcanzar la
pureza ritual. El asombro del anfitrión demuestra que su enfoque está en el
cumplimiento meticuloso de la norma externa.
2. La Crítica a la Doble Moral (v. 39-40)
Jesús, con su aguda perspicacia, se dirige directamente a la raíz del
problema, que es la doble moral (hipocresía):
Lo externo vs. Lo interno: Los fariseos se preocupan por limpiar
"por fuera la copa y el plato" (las apariencias, los ritos), pero por
dentro, Jesús dice que están "llenos de rapiña y maldad" (codicia,
robo e injusticia).
Insensatez Teológica: Jesús les llama "¡Insensatos!" (v. 40),
argumentando que Dios, el Creador, hizo tanto lo externo como lo interno del
ser humano. Por lo tanto, centrarse solo en la limpieza exterior mientras se
descuida el corazón y la conducta moral es una ofensa al propósito de Dios.
3. La Verdadera Pureza: La Caridad (v. 41)
La conclusión de Jesús ofrece la clave para la verdadera pureza:
"Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro."
(v. 41)
Esta frase es el corazón del pasaje. En lugar de gastar energías en
rituales de limpieza (que son finitos), la limpieza se obtiene a través de un
acto radical de caridad, generosidad y justicia (dar limosna, lo que está
"dentro").
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