martes, 21 de octubre de 2025

Evangelio del 22 de octubre 2025 Lucas 12, 39-48



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”. Entonces Pedro le preguntó a Jesús: "¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: "Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si ese siervo piensa: 'Mi amo tardará en llegar' y empieza a maltratar a los otros siervos y siervas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales. El siervo que conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más".

 

Comentario

 

Este pasaje forma parte de las parábolas de la vigilancia que Jesús comparte con sus discípulos. Comienza con la imagen del ladrón que llega inesperadamente, y continúa con la figura del administrador fiel que reparte alimento a su servidumbre en el momento oportuno. El mensaje es claro: la verdadera fidelidad se demuestra en la espera activa, en el servicio constante y en la responsabilidad con lo que se nos ha confiado.

Jesús nos recuerda que el Reino de Dios no llega según nuestros cálculos, sino en el momento menos esperado.

El siervo fiel no espera recompensas, sino que cumple su deber con diligencia. “Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así”

Los dones recibidos implican una misión, y que el juicio será justo pero exigente.

 

Reflexión

 

Este texto interpela a líderes, creyentes y comunidades: ¿estamos cuidando lo que se nos ha confiado? ¿Servimos con amor, o nos dormimos en la comodidad? La vigilancia no es miedo, sino esperanza activa. El administrador fiel no vive obsesionado por el regreso del Señor, sino que lo espera sirviendo con alegría. 

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