El amor es como el proceso de la creación y tiene tres etapas.
Primera etapa.- La concepción.
Dios, como el artista constructor del universo, primero lo concibe en su corazón y esa es la primera etapa del amor. Para nosotros esa etapa sería: concebir en nuestro corazón y descubrir nuestras posibilidades de crear, de hacer felicidad.
Segunda etapa.- La creación, construcción.
Para Dios esta etapa es cuando Dios separa la tierra de los mares, el suelo del cielo, y va creando las especies, las plantas, los animales y va armonizando, y va dando belleza y vida. Para nosotros cuando la generosidad, se empieza a dar, a construir espacios de crecimiento en el ser querido, es cuando se empieza esta segunda etapa del amor.
En esta etapa habrá momentos de enormes satisfacciones, y los habrá también de oscuridades que podremos ir superando y venciendo con la fuerza de nuestra concepción inicial, en la reflexión profunda de nuestro ser humano y nuestra vocación al amor.
Tercera etapa.- La contemplación.
Esta etapa que es la final es cuando Dios, en el séptimo día de la creación, se sienta a contemplar su mundo creado y ve que es bello, y lo goza. Para nosotros, esta etapa se da cuando nos sentimos invitados por el Creador del Universo a contemplar serena y tranquilamente las cosas bellas que nosotros hemos ido creando con Él. La felicidad que nos proporciona esa contemplación nadie nos podrá quitar.
Así pues el amor es concepción de creación, ilusión, en un primer momento; después construcción de belleza y ser en los demás y, finalmente, contemplación de nuestra creación y alegría permanente.
Extracto de El humanismo cristiano
Mtro. Enrique González Torres, S.J.
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