domingo, 21 de agosto de 2011

La Eucaristía de la fuerza para caminar hacia la vida eterna.



Los fieles encontramos en el pan eucarístico la fuerza para caminar hacia la meta luminosa de la ciudad santa.
La Eucaristía abre el futuro de Dios, la comunión con Cristo que ahora vivimos mientras somos peregrinos y caminantes por las vías de la historia anticipa el encuentro definitivo del día en el que seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es.
San Pablo sostiene que la cena eucarística está relacionada con la última venida del Señor: “Cada vez que coméis de este pan y bebéis de este cáliz, anunciáis la muerte del Señor hasta que venga'".
San Juan dice que el que come de este pan "vivirá eternamente" entendiendo que la vida eterna es la misma vida divina que supera las fronteras del tiempo. La Eucaristía, siendo comunión con Cristo, es por tanto, participación en la vida de Dios que es eterna y vence la muerte.
No abandonemos "este encuentro, este banquete que Cristo nos prepara con su amor. ¡Que nuestra participación sea muy digna y festiva a la vez!"

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