domingo, 21 de agosto de 2011

Sutileza del mal


¡Cuántas veces las películas, las telenovelas y ahora hasta  Internet se convierten en una industria de las obras de la carne; “fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes” (Gál 19-21)  sostenida en parte por tantos “hijos de la luz”, que son sus clientes asiduos.

Naturalmente, se harán declaraciones rimbombantes sobre la libertad de expresión y otras verdades a medias. Es más, algunos negarán la existencia del demonio como origen de estas obras.

Frente a los cambios culturales que se están dando, aunque estas actitudes se acostumbren el mal está presente, y la costumbre no nos libera. Lo que realmente libera a los cristianos es que vivan todos sus actos con plena conciencia, sin hipocresías y sin temores, a la luz de la palabra de Dios.

San Pablo nos dice “Que nadie los engañe con vanas razones, pues todas estas cosas atraen la ira de Dios... No tengáis parte con ellos” ( Ef 5, 6-7). Nos invita a estar alertas “Porque nuestra lucha es... contra los espíritus del mal que están en las alturas” (Ef 6, 12). También nos propone (Gál 6, 14-18) los medios para salir adelante; la verdad, la justicia, la fe, el celo por el evangelio que es la palabra de Dios, siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu.    

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