lunes, 1 de agosto de 2011

El Matrimonio, Fidelidad y Fecundidad.

 

El Matrimonio.-

Matrimonio significa (mater, munita), madre protegida o sea aquella que cuenta con la protección, el interés y el cuidado de un varón viril enamorado. El matrimonio es la elección mediante un compromiso voluntario y libre (para esto se requiere alguna madurez) de quererse, entregarse mutuamente de una vez para siempre en forma permanente porque han comprobado su enamoramiento, su necesidad de compañía, su simpatía psicológica y porque juntos deben y pueden tener fines comunes sobre todo en la procreación y educación de los hijos.

Querer quererse y querer realizarse juntos como personas, mediante proyectos de vida compartidos y el apoyo también de proyectos personales de cada quien, en su propio ámbito.

 

Fidelidad.-

Dios le protege a Moisés serle fiel “siempre queme busques me encontrarás, Yo estaré contigo” Ex. 3-II. Esta es la fidelidad de Dios para con el hombre y es la que debe existir en el matrimonio. Como dice Pascal: “si buscas a Dios de corazón es que ya lo has encontrado”, así debía de ser siempre que busques a tu mujer ya la encontraste y viceversa. La fidelidad como exclusividad, requiere de una actitud anterior en una donación especial. El “siempre te encuentro” entre marido y mujer es la clave y es la condición para que la otra fidelidad como exclusividad sea posible, encuentro permanente en lo afectivo, en  el apoyo económico, en el cuidado, en la vida sexual. Cuando no se encuentran cada día o existe el rechazo emocional (neurótico o voluntario) sobreviene primero la indiferencia y luego la infidelidad.

 

Fecundidad.-

La fecundidad debe ser entendida como el corolario del amor y debe buscar más la calidad y posibilidad de desarrollo de los hijos que la cantidad. Sin egoísmos buscar, según las circunstancias, los hijos que sea posible educar y ayudar a su realización humana, moral y espiritual. 

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